Un repaso por la obra de Roberto Valcárcel en Manzana 1 Espacio de Arte

15 de septiembre – 13 de noviembre
Público: 24.147 visitantes

Esta exposición no es una retrospectiva, es una selección de trabajos que a Valcárcel  le pareció que valía la pena mostrarlos nuevamente. Es así que él mismo ha elegido las obras que podrían mostrar la esencia de su trabajo como artista.

Roberto Valcárcel es un artista  conceptual, tanto así, que es capaz de escribir sobre una superficie rectangular color naranja, “Este es el significado del cuadro”.

Valcárcel siempre ha sorprendido como artista, desde los dibujos realistas a lápiz que gritaban el fin de la dictadura, hasta el atrevimiento, en los mismos tiempos, de presentar su Campo de alca–chofas, o echarse pintura encima en plena plaza San Francisco en La Paz, declararse artista con múltiples personalidades borrando la importancia  de lo individual y exponer multicuadros, volver imágenes texto puro con una ironía inigualable, medir lo imposible de nuestros amores , angustias y soledades con barras de cuantificación, presentar una exposición erótica diferente, en tiempos cuando nadie se atrevía a hablar de eso, cuestionar la solemnidad de la muerte y proponer el final de la vida en ataúdes de colores…

Siempre impecable y perfeccionista en la elaboración de las obras. Un artista que aparentemente construyó una imagen de distancia intelectual hacia el arte, pero que con su aguda inteligencia y sensibilidad nos muestra la triste fragilidad de nuestra existencia, nos cuestiona y nos “suncha”, de un modo en que a veces nos duele y a veces nos hace reír.

Ordenado y analítico, arquitecto de formación, atrevido y novedoso, como artista que es. Este profe de generaciones de estudiantes, Valcárcel es una figura icónica en el arte boliviano .

Esta exposición es un homenaje, aunque sabemos que a Valcárcel no le importa lo que suena a medallas y discursos. Él es todo menos eso, es un lucido crítico y autocritico, un analista intelectual a la vez que un divertido personaje con gafas raras y gorra de Mickey Mouse. Divirtámonos con lo que nos propone. (Por Ejti Stih, directora de Manzana 1 Espacio de Arte)

 

Entrevista:

ROBERTO VALCARCEL: “YO SOY UN DIFERENTE”

Cuarenta años de carrera profesional desde su primera exposición, en Alemania/1976, anteceden este momento en que Roberto Valcárcel es el homenajeado de la XX Bienal Internacional de Arte 2016 de Santa Cruz de la Sierra.

Han sido tiempos nada fáciles para visibilizarse y despegar en el mundo laboral de las artes visuales en calidad de autor y como docente, dos constantes en su producción intelectual.

También fueron años de experiencias de vida que moldearon su forma de ser, de ver, de valorar su entorno y de proponer su voz y su pensamiento.

Su infancia, sus padres, sus amigos colegiales y sus familias, su educación en el colegio Alemán y ocho años de estudio académico en Alemania como arquitecto con el objetivo centrado en el arte; sus influencias: fundamentalmente Joseph Beuys; Dalí, que lo emociona y su mamá…; sus primeros años de ejercicio creativo en su natal La Paz, galería Emusa que le abrió sus puertas y le mostró el camino, los artistas que conoció “buenos y malos, jóvenes y viejos”, Gastón Ugalde como su “aparceiro” en la labor artística y finalmente su opción de residir y construir en y desde Santa Cruz de la Sierra.

INFLUENCIAS. Joseph Beuys es el principal referente de Roberto Valcárcel y como tal salta a la vista en un diálogo. Su obra temprana estaba en el museo estatal de Darmstadt, ciudad alemana donde Valcárcel vivió y estudio ocho años becado por el Servicio de Intercambio Académico Alemán, a principios de los 70. Por eso el boliviano la vivenció de cerca.

Lo escuchó disertar en la feria documenta, de Kassel, evento que registra la modernidad y la vanguardia. Años después recibió de él una carta, que aún conserva, de recomendación para cursar la beca Guggenheim.

Valcárcel describe que Beuys revolucionó el arte en Europa y en el mundo, que se convirtió en ícono de la modernidad e indicador de hacia dónde iba el arte del Siglo XXI. Lo cataloga un precursos increíble.

“Rompió todo. Hizo obras y acciones con mantequilla o grasa, con fieltro muy grueso, similar a la tela de sombreros, que usan los soldados en invierno, ruda, muy cálida, anticongelamiento y preservadora de vida. Debido a eso era mediático y, como buen artista, era provocativo y tenía respuestas y lemas muy interesantes”, expresa.

También recuerda que la Academia de Bellas Artes de Düsseldorf, que estaba a su cargo, lo despidió por revolucionario. Él, mediante un juicio ganado y aduciendo libertad artística, porque pensaba que hacer política era una obra de arte, recuperó su cargo y fundó, dentro de la academia, la Universidad Libre Internacional para la Creatividad, donde concibió el arte de un modo distinto. Pregonaba que en el arte lo principal es el ser humano, sin importar la forma ni el estilo.

Documenta sorprendió a Valcárcel. Conoció artistas jóvenes de todo el mundo y presenció grandes debates. A Joseph Beuys le gusto que un boliviano se desenvuelva en esos espacios y que se interese por su obra.

Valcárcel replica: “Verlo fue una experiencia sumamente interesante, era discutidor, provocativo, llevaba chalequito de cazador siempre con sombrero de ala porque antes de ser artista fue piloto nazi en la Segunda Guerra Mundial. Ahí derribaron su avión en Rusia, le volaron una parte de cerebro y le pusieron una placa metálica. Le salvó la vida una familia de campesinos que lo ocultó del gobierno ruso dándole de comer mantequilla, lo único que había, y protegiéndolo con frazadas de fieltro… Su vida en sí es tan coherente y tan poética…”

Ya profesional, a un año de su regreso a Bolivia, Roberto Valcárcel recibió una beca de refrescamiento. Solicitó que le permitan visitar todas las academias de arte de Alemania para hacer una investigación de cómo se enseñaba la especialidad. Le dieron tres meses en los que recorrió el país.

SER DIFERENTE TE HACE LIBRE. Muchos artistas influenciaron en Roberto Valcárcel. Pero, quién lo formó y potenció para que se emocione, identifique y adscriba con Dalí o con Magrid o con Duchan y no con otros? “… mi mama”, admite con una sonrisa.

“Mi mama desde niño, me dijo eres diferente, eres especial… y no como adoctrinamiento, sino como un hecho dado. Yo era gordo, me molestaban y ella me decía es que eres diferente… sacaba 7 (maxima nota escolar) y ella me decía: ves? eres diferente… Como madre me ha hecho en su vientre, pero después me ha hecho como persona con la casi obsesión de que soy una persona distinta y única y eso me ha hecho así, lo cual tiene implicaciones tremendas porque al hacerte diferente te hace libre. Puede que ahora esté muy aburguesadito, que es una concesión a la realidad para interactuar, para vivir y no quedar fuera del mundo. Pero en mi inteterior todo el tiempo observo, cuestiono… no me identifico ajeno porque soy diferente. Me queda eso. Soy diferente… En ese sentido si les cuento sobre un tal Beuys o un tan Dalí, me dirán qué interesante!… yo diré, sí, porque son tan diferentes como yo…”

ESTABA COCINADO. De padre arquitecto y madre traductora y secretaria trilingue, y en la casa familiar en la que había piano, violín, arpa, acordeón, una sala llena de cuadros, Roberto Valcárcel, aún estando en el colegio ganó su primer premio, el Salón Pedro Domingo Murillo juvenil. Cuando tuvo que elegir su profesión “ya estaba cocinada la cosa”, era Arte, pero no había beca para eso, por lo que optó por la asignatura afín, la Arquitectura.

En el transcurso de su formación eligió materias como dibujo, pintura, escultura, historia del arte, sicología… “Todo lo que me interesaba y me convenía”, afirma Roberto. Estudiado fotografía durante cuatro años. Sus primeras presentaciones como artista fueron como fotógrafo y una constante en su producción creativa es la fotografía.

XX BIENAL DE ARTE. La Bienal de Arte de Santa Cruz 2016 al destacar la obra homenajeada de Roberto Valcárcel llega al público y tiende un puente entre él y las nuevas generaciones brindando la posibilidad de que su obra se difunda, se rememore o se conozca.

“Me homenajean y me siento muy honrado por eso, pero más que nada me alegra que la exposición va a permitir que la gente vea mi obra. En esta ocasión soy yo al que le toca y es una maravilla. Pero viendo un espectro más grande, se está valorando la producción estética del país en un contexto internacional. Es un valor de política cultural importantísima.”, afirma Valcárcel.

 

ROBERTO VALCARCEL, PERFIL PROFESIONAL

Roberto Valcárcel es probablemente uno de los artistas bolivianos con mayor proyección internacional en las últimas décadas. Ha participado en varias oportunidades en las más afamadas exposiciones (Bienales) internacionales de arte en Sao Paulo, La Habana, Porto Alegre (Bienal de Mercosur), Trujillo, Lima y Cuenca, y también en ferias internacionales como la New York Art Fair, la feria de ArteBA en Buenos Aires y ARCO en Madrid.

Valcárcel ha presentado diversas exposiciones individuales, en más de treinta oportunidades, en importantes instituciones culturales de Bolivia, entre las que destacan el Museo Nacional de Arte de La Paz, la Fundación BHN, galería Emusa, galería Esart, Arte Único, el salón Cecilio Guzmán de Rojas en La Paz  y la Casa Municipal de Cultura de Santa Cruz de la Sierra.

Ha expuesto en galerías y museos de muchos países, incluyendo el centro IMF en Washington DC, la Casa de América en Madrid, las Mall Galleries en Londres, el Dresdner Bank en Hamburgo, el Museo de Arte Moderno de Cali, Colombia, el Museo de Bellas Artes en Santiago de Chile y el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba).

Ha obtenido numerosos premios por sus dibujos, pinturas y trabajos en medios no tradicionales como montajes, objetos e instalaciones. Su obra abarca desde dibujos fotorealistas sobre soportes no convencionales hasta intervenciones conceptuales. Esta diversidad es característica del trabajo de Valcárcel, que como artista se considera “radicalmente ecléctico”. (Patricia Tordoir, directora de la Fundación Cultural Esart, La Paz)

 

VALCÁRCEL: LA VALORACIÓN

Si bien la obra de Roberto Valcárcel debe reconocerse por su aporte a la renovación de las posibilidades materiales, formales y semánticas del arte en el contexto nacional, su compromiso de contrarrestar el autoritarismo latente en la sociedad boliviana es una contribución aún más importante.

El interés de Valcárcel en desenmascarar la represión que subyace en la moral y los valores que se reproducen en la religión, la familia, la educación, el Estado y el arte se manifiesta en obras y acciones en las que el artista expone, por ejemplo, las falacias y el oportunismo de actitudes esencialistas, nacionalistas y patrioteras en sus distintas manifestaciones – la “anti-imperialista”, la idealización de la herencia “indígena-originario” o la del “ser cruceño”. Con su aproximación fría y racional hacia temas que tienen una carga sentimental para los bolivianos (como el tema del mar), busca perturbar la actitud complaciente y sumisa del ciudadano boliviano ante los discursos oficiales y lo aprendido en la escuela. En su obra se reflejan con frecuencia sus reflexiones sobre el arte y éstas se hacen visibles en pinturas en las que cuestiona los intereses ocultos detrás del gusto conservador de los coleccionistas y del arte como parte de la industria del entretenimiento. Valcárcel también evade el autoritarismo latente en el mundo del arte riéndose de sí mismo y re-inventándose en términos de estilo, ideas, biografía, género e incluso de nacionalidad. El artista ensaya igualmente liberarse del invisible autoritarismo del sistema artístico explorando una diversidad de estrategias estéticas en la creación de múltiples registros, formas y significados, en el uso del humor negro y la  ironía, y en su eclecticismo intencional, entre otros.

La exploración de las formas invisibles de autoritarismo es un tema sobre el cual es urgente reflexionar y cuestionarse en vista a la prevalencia del conservadurismo, la autocomplacencia, el sexismo, la homofobia, el chauvinismo, la falta de reflexión crítica en la sociedad y particularmente tomando en cuenta la manera en que estas actitudes se reproducen en el sistema artístico nacional. La obra de Valcárcel es imprescindible en ese sentido. (Por: Valeria Paz, curadora e historiadora de arte)